FANTASMAS





¿Qué es la Ouija?

La palabra Oui-ja significa SÍ en francés y alemán y con ello se alude a la primera palabra que suele aparecer en las sesiones cuando se pregunta: ¿Hay algún espíritu presente?, este supuesto juego inofensivo, se practica en Grecia desde hace 2500 años utilizando nos tableros muy parecidos a los actuales, Pitágoras y sus discípulos son quienes contactan con el mundo invisible y trascendente de los espíritus y por la misma época., en China, se emplean unos artilugios parecidos y con el mismo fin. Algunos crónicas fechadas tres siglos antes de Cristo nos informan de prácticas similares, a veces masivas, entre las clases altas del Imperio Romano y en la América prehispánica, donde los indígenas utilizan unos tableros especiales que llaman "Squdilact", para localizar personas desaparecidas, buscar objetos perdidos y para el ejercicio de algunos rituales religiosos.
El mayor auge de la Oui-ja se produce después de la Primera Guerra Mundial, ya que las familias de los muertos en los campos de batalla no se resignan a la pérdida de sus seres queridos y a como dé lugar quieren poner en contacto con ellos y empleando todos los medios a su alcance, como péndulos, mesas parlantes y sobre todo, la Qui-ja, que tienen la ventaja de ser muy sencilla, ya que se obtienen las respuestas con mayor claridad y rapidez .
Los espíritus pueden acudir a la mesa a cualquier hora, sin embargo, está comprobado que los primeros momentos de la mañana o los últimos de la tarde son bastante favorables y que la media noche es óptima, porque vivimos en un mundo de vibraciones y al igual que ocurre con las ondas de radio, las horas de mayor luminosidad crean interferencias. Cuando hay luna llena, las comunicaciones son más claras, inspiradas y emocionantes pero también resultan ser de lo mas peligrosas, lo recomendable es adecuar el ritmo de las sesiones al movimiento creciente de la luna.
Sin embargo, lo más paradójico y anecdójico de todo este asunto es que muchas de las personas que tanto temen a la ouija y que tan mal concepto tienen de ella, no la han practicado nunca o, en todo caso, lo han hecho de forma muy superficial, por lo que no tienen suficientes elementos de juicio para poder opinar sobre ella, lo recomendable es que no sea practicada por niños, individuos que aún se encuentren en proceso de formación de su personalidad y por los que tengan miedo, ya que en estas condiciones, el mecanismo de autodefensa psíquica no está debidamente desarrollado y estas personas pueden ser fácilmente vulnerables, Las energías que entran en juego en el fenómeno, también tienen su parte negativa, así, cuando participan individuos incapaces de controlar sus emociones por situaciones de angustia, ansiedad, temor, confusión o inseguridad, (los niños por ejemplo), estas energías quedan descontroladas y pueden producir fenómenos de poltergeist asociados e integrados dentro de la propia sesión, como pueden ser desplazamientos de objetos próximos a los participantes y es bastante frecuente que el propio testigo utilizado en la sesión de ouija se lanzado al aire y se estrelle contra la pared.
Por lo anterior, debemos saber que se dará un paso gigante en el estudio y compresión de la fenomenología ouija, cuando se pueda contestar las preguntas: ¿Realmente se contacta con verdaderas entidades, como extraterrestres, intra terrestres, espíritus, etcétera? O por el contrario, ¿todo se reduce a una broma pesada de nuestra mente?
    Y por ultimo nunca obsesionarse con los resultados. Al fin y al cabo se trata de una manifestación psíquica producida por el fenómeno de la psicomotricidad.



    LA VERDADERA REALIDAD SOBRE LOS FANTASMAS

    ¿Qué es un fantasma?
    Podríamos definir el término "FANTASMA" como la representación visual, acústica o táctil del cuerpo no físico de una persona fallecida que, por diferentes motivos o circunstancias de su transitar como ser humano por el mundo de la vida, se ve aferrado a la misma bajo otra forma de existencia no física, manifestándose de diferentes formas ante seres humanos (familiares o amigos dependiendo del grado de vinculación entre ellos u otras personas y desconocidas para éste ente) y en determinados lugares dependiendo de la carga psíquica existente para ellos y en ellos.
    En la obra Las Fuerzas Físicas de la Mente (Editorial Sal Térrea, 1969), Oscar González Quevedo define el concepto de Fantasmogénesis como "el fenómeno de la producción ectoplásmica de un fantasma, al menos en apariencia entero, de persona, animal o cosa. El fantasma tiene cierta consistencia material, aunque es más o menos tenue, transparente, con poquísimo peso con relación al modelo reproducido. No es necesario decir que ocurrieron fraudes y tentativas de engaño, lo que dio mayor mérito a la comprobación de los fenómenos auténticos. La formación del fantasma es un fenómeno de ideoplastia, plastificación externa de la imagen inconsciente que tiene el médium, y dependiente de éste en todo: peso , materia, movimiento, sensibilidad, etc. Este fenómeno está, por lo tanto, clasificado entre los extra-normales".
    Cuando el fallecimiento de un ser se completa, de su cuerpo físico se supone que se desprenden los cuerpos etéreos (cuerpo mental, emocional y espiritual). Estos tres cuerpos que forman una unidad llamada CUERPO ETÉREO forman lo que se denomina el Cuerpo Astral. Se han constatado que tras el fallecimiento de una persona el cuerpo físico pierde (aproximadamente) unos 150 gramos de peso que muchos presuponen que se podría tratar del peso del cuerpo astral. No obstante todo esto no es más que un planteamiento especulativo. Es evidente y también se ha comprobado que esa pérdida de peso es común en todos los fallecidos y, en principio, no se debe a ninguna causa aparentemente explicable (perdida de tejidos, volumen de aire en los pulmones, líquidos o fluidos corporales, etc...)



    El cuerpo astral, conformado por el mental, el emocional y el espiritual, tiene la capacidad de "despedirse" de sus seres queridos y de recorrer el mundo físico volando, así como los hechos que experimentó en vida. Una vez que el cuerpo astral hace lo que cree que tenía que hacer (en nuestra vida y en nuestro mundo de Vida), el cuerpo espiritual lo abandona y asciende a la dimensión luminosa que se vislumbra en los viajes astrales y en las experiencias de pre-muerte, dejando atrás al cuerpo mental y al cuerpo emocional. El cuerpo mental y el cuerpo emocional, entonces, conforman el cuerpo de lo que conocemos como fantasma o espíritu desencarnado, y este fantasma, sin la insuflación del espíritu esencial, comienza a desgastarse. El fantasma piensa y recuerda, y se puede manifestar y actuar en nuestro mundo físico a través de un médium, una casa encantada o una persona sensible para cumplir una promesa, para instruir o inspirar a un humano vivo, o para conseguir, a través de los vivos, lo que ya no puede conseguir como muerto.
    Pero llega un momento en el que el cuerpo mental se despega del cuerpo emocional, y se reúne con el cuerpo espiritual, ya sea para vivir en el más allá o para renacer en la Tierra, y deja al cuerpo emocional solo. Este cuerpo emocional se convierte, al perder la capacidad de pensar y razonar, en un fantasma emocional, que sólo actúa por deseos y emociones, sin saber qué es lo que hace ni qué es lo que quiere, y, dependiendo de sus emociones, actuará sobre los seres vivos de la Tierra. A veces sólo se dedica a vagar e impresionar a las personas sensibles, pero en otras ocasiones llega a causar verdaderos problemas a los vivos. Este tipo de fantasma es el más común, y a él se debe que las religiones de todos los tiempos hayan considerado seres perversos y malignos. Su tiempo de duración en la Tierra puede ser muy largo si está protegido por una estructura material, como una casa o castillo. Son muy asustadizos y débiles e incluso la indiferencia de los vivos pueden llegar a destruirlos.
    El cuerpo emocional está más apegado a la Tierra de los vivos y es que más trabajo le cuesta salir del mismo. Mientras se mantenga viva la llama del recuerdo en un mortal sobre el difunto en cuestión, su cuerpo emocional se mantendrá atado al lugar. Somos los humanos, en gran medida, los culpables de mantenerlos aún junto a nosotros en el recuerdo y bajo otra forma de existencia... La representaciones del cuerpo emocional suelen ser fantasmas tristes y neuróticos, carentes de inteligencia que se encuentran atrapados en un mundo al que no le encuentran la salida... Debemos de tener en cuenta que los fantasmas pueden ser incluso reales sólo por el esfuerzo de nuestra imaginación, o pueden ser producto de nuestras supersticiones, inseguridades e ignorancia. 
    También pueden estar presentes en nuestras frustraciones, deseos, ansiedades y miedos. Y pueden ser manifestaciones de una zona poco dominada y menos conocida de nuestra mente. Pero por el simple hecho de provenir de nuestras propias regiones internas y psíquicas adquieren proyección, influencia y vida, como cualquiera de las otras cosas que nos suceden, sea cual sea el origen.